Esta semana queremos contaros algo que nos ha dejado de piedra.
Y que, sinceramente, debería indignarnos a todos.
Uno de nuestros mejores partners de Vegan Milker® en un país europeo acaba de recibir una carta de amenaza legal de la multinacional ALPRO.
¿El motivo?

En sus redes sociales lleva tiempo explicando lo evidente: que las bebidas vegetales caseras elaboradas con Vegan Milker® tienen más nutrientes, más proteínas, más vitaminas y más aminoácidos que las bebidas vegetales industriales envasadas, ultrapasteurizadas y llenas de emulsionantes, estabilizantes, aromatizantes y conservantes.
Nuestro partner nunca mencionó marcas. Nunca.
Solo hablaba en genérico. Con datos. Con sentido común. Con experiencia.
Pero parece que a ALPRO no le ha gustado que alguien diga en voz alta lo que cada vez más personas empiezan a descubrir: que hacer tu propia leche vegetal en casa, en apenas dos minutos, es más nutritivo, más barato y más sostenible que comprar tetrabriks “eco”.
Y no solo eso.
Puedes personalizarla: hoy con canela, mañana con jengibre, pasado con cacao o piel de naranja. Puedes endulzarla, no endulzarla, hacerla con ingredientes ecológicos, locales o de comercio justo. Sabes lo que consumes. No hay letra pequeña.
Y si hablamos de precio:
– Una bebida vegetal de avena, arroz o soja casera puede costarte unos 30 céntimos el litro.
– Una bebida de almendras, avellanas o anacardos puede rondar 1,20–1,50€ el litro.
Aun así, todas ellas tienen algo en común: están vivas, son frescas, sin procesar, sin aditivos y con la mayoría de sus propiedades nutricionales intactas.
Y si hablamos de medioambiente… ¿qué sentido tiene fabricar una bebida vegetal en una megafábrica, envasarla en plástico-aluminio-cartón, transportarla miles de kilómetros y tirarla a la basura, cuando puedes comprar un kilo de materia prima en tu tienda, hacerla tú mismo en minutos y conservarla en tu nevera sin generar residuos?
Lo decimos sin rodeos:
👉 La diferencia entre una bebida vegetal casera elaborada con Vegan Milker® y una UHT industrial es como beber un zumo de naranja recién exprimido… o uno de botella. Así de simple. Así de brutal.
Y ALPRO, una marca del grupo Danone, una multinacional que factura miles de millones de euros al año, ha decidido amenazar a una micro-pyme que apenas factura 1/2 millón, por compartir contenido que anima a la gente a cocinar en casa, a cuidarse más, a contaminar menos y a consumir con conciencia.
Querida ALPRO, tenemos tres cosas que deciros:
1. Demandadnos, si tan claro lo tenéis.
2. Estad atentas al próximo artículo, donde publicaremos datos científicos comparando las bebidas vegetales caseras y las industriales.
3. Vamos a seguir analizando en laboratorio vuestros tetrabriks. Porque aunque os vistáis de verde, de “plant-based” y de “eco-friendly”, todos sabemos que en el fondo vuestra bebida es agua con polvos, con un 8% de almendra, soja o avena si hay suerte, más aditivos, conservantes y saborizantes.
Así que no, no vamos a callar.
Y no, no vais a frenar a quienes queremos otro modelo alimentario: más honesto, más nutritivo, más cercano.
Esto no ha hecho más que empezar.
Hasta pronto.
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