La leche de almendras casera es una leche vegetal muy valorada por sus propiedades nutricionales. Destaca por su contenido en proteínas, minerales y ácidos grasos.

Propiedades nutricionales de la leche de avena

Al igual que el resto de las leches de frutos secos, la leche de almendras casera no contiene gluten ni lactosa, y es muy rica en ácido oleico, lo que la convierte en cardio-saludable y reguladora del colesterol.

Además, al igual que la horchata de chufas, ha sido recomendada durante siglos por las parteras a mujeres embarazadas y lactantes, en este caso, porque favorece la secreción láctea, a la vez que tiene un alto contenido en fósforo, calcio y potasio, lo cual a su vez también ayuda a fortalecer los huesos, razón por la cual se recomienda especialmente para niños y adolescentes en fase decrecimiento.

Su bajo contenido en sodio la hace especialmente recomendable para enfermos del corazón.

Asimismo, es un buen complemento alimenticio para la época de invierno por su alto contenido graso (grasas insaturadas) y de carbohidratos, por lo que se recomienda tomarlo por las mañanas o antes de realizar un gran esfuerzo físico o deportivo.

Desde la época medieval hasta hoy en día, la horchata y la leche de almendra ha sido empleada como sustitutivo de la leche de origen animal en multitud de recetas gastronómicas, especialmente en el mediterráneo, y muy particularmente, al sur de Italia. Tenemos constancia de ello gracias a la investigación llevada a cabo por Andoni Monforte la cual la tenéis publicada en el apartado de historia de este blog.

Os dejamos el enlace directo de dicho artículo para que podáis saber más sobre la historia de las leches vegetales caseras en general y la de la leche de almendras en particular.

Y creo que quizás os interese también este otro artículo sobre el controvertido caso de la leche de almendras en relación a la enfermedad denominada escorbuto.